CAROLINA VIGGIANO AUSTRIA
CAROLINA VIGGIANO AUSTRIA
Las imponentes montañas de la sierra hidalguense vieron nacer, el 6 de julio de 1968 en San Juan Ahuehueco, Hidalgo, a Alma Carolina Viggiano Austria. Desde muy joven entendió que estudiar Derecho no solo era una profesión, sino una herramienta para transformar la vida de su comunidad. En su pueblo natal solo existía una escuela primaria y carecían de servicios básicos, por lo que tuvo que trasladarse a la ciudad de Pachuca para continuar su formación educativa.
Carolina es Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y Maestra en Comunicación Política y Gobernanza por la Universidad George Washington. Actualmente cursa el Doctorado en Administración Pública en el INAP, donde sostiene la necesidad de transformar la estructura de asistencia social que hoy atiende a niñas, niños y adolescentes por una más robusta y transversal, con la jerarquía de una Secretaría de Estado, que garantice el acceso pleno a los derechos de este sector que representa el 30 % de la población y que actualmente enfrenta graves riesgos.
Su primer trabajo fue como defensora de oficio, después de haber sido meritoria en el Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo y posteriormente secretaria de acuerdos en materia familiar y civil, cargos que obtuvo mediante examen de oposición. Ella suele decir que esa etapa la marcó para toda la vida. Años más tarde regresaría al Poder Judicial para fundar el Consejo de la Judicatura y, posteriormente, convertirse en Magistrada y Presidenta del Honorable Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo, convirtiéndose en la primera mujer en presidir el Poder Judicial, con tan solo 39 años de edad.
Desde ese espacio impulsó grandes transformaciones; habiendo conocido los niveles más modestos de la carrera judicial, llegó diciendo: “Primero quiero hacerles justicia a ustedes, para que después le hagamos justicia a los justiciables, a quienes aún les debemos el acceso pleno a la justicia.”
Bajo el lema de construir “una justicia más humana, accesible y transparente”, creó diversos programas y acciones para hacerlo realidad, e impulsó la carrera judicial, la capacitación y la actualización de todo el personal.
Pionera en muchos ámbitos, posee una sólida carrera en los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Sin embargo, su mayor orgullo y motor de vida están fuera del ámbito público: es madre de Juan Pablo y Diego, dos jóvenes que le recuerdan cada día la importancia de construir un mejor país. Ellos son su inspiración constante, el recordatorio más profundo de que toda lucha política y social cobra sentido cuando se piensa en las futuras generaciones.
Más allá de los cargos, Carolina Viggiano ha hecho de su vida un testimonio de esfuerzo, sensibilidad y servicio. En su libro Hidalgo es mi tierra comparte la raíz de sus valores: la solidaridad, la cultura del esfuerzo y la firmeza para abrirse camino sin olvidar de dónde viene.
Desde las montañas de la Sierra hasta el Senado, su historia demuestra que las mujeres pueden ser pioneras, romper techos de cristal y dejar huella en la vida pública de México, sin dejar nunca de ser madre, guía y ejemplo para sus hijos.
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